Ermita de la Virgen de Bureta
En lo alto del Tozal de Bureta, situado en la margen derecha del río Guatizalema, y rodeada por una alfombra de vegetales tonos, destaca la blanca fachada de la Ermita de Bureta.
Se accede a ella desde el camino del cementerio, por una acusada pendiente picada en el suelo de piedra natural, que no es apreciable en la actualidad por estar cubierto con una capa de cemento que favorece el tránsito de vehículos. Su posición elevada permite una completa vista de Fañanás y el entorno que la rodea: al Este, un cortado repleto de vegetación sobre el cauce del río, el Puente Viejo, y los tozales de La Solana, Redondo, La Oliva y Anador; al Norte la impresionante Sierra de Guara, que según la tradición era transitada habitualmente por San Úrbez, humilde pastor que llegó pastoreando hasta la población de Ola (herrería en vasco), donde hizo brotar una nueva fuente con su cayado; al Sur Fañanás, su molino medieval y las poblaciones vecinas.
Asentada en una zona megalítica, la actual ermita tiene su origen en una ermita-hospital del siglo XII, que a su vez se edificó sobre los restos de la defensa musulmana del ya desaparecido poblado de Bureta, que se extendía al norte de la ermita, y del que todavía se conservan algunos sillares y varias tumbas antropomorfas, así como cubos y canales labrados en la piedra. El topónimo Bureta podría derivar del árabe "borg" (torre o baluarte), y tras la reconquista no se fomentó la repoblación de esta defensa que complementaba el sistema defensivo del Castillo de Fañanás, pues ya en 1097, Pedro I entregaba a la Catedral de Huesca una "pardina" (ya en aquel momento) llamada Borvata (Boruata, Bureta) próxima a Fañanás, es decir un terreno ya despoblado donde hubo anteriormente un núcleo de población.

Tumba antropomorfa del despoblado de Bureta

Cubo picado en piedra del despoblado de Bureta

Realce virtual del grabado que parece unir una vasija, un pez y un ave, y que según Antonia Buisán Chaves (historiadora de arte) representa una naveta, el recipiente que simboliza la barca de los pescadores y que era utilizado para guardar incienso

Realce virtual de un grabado del arco de entrada

Croquis de la ermita en la actualidad
El edificio es de sillería, ladrillo y tapial, y cuenta con una sola nave de cuatro tramos cubiertos con bóvedas de lunetos, una sacristía, dos capillas laterales, una de ellas cubierta con bóveda de crucería y la otra con cúpula ciega, y un coro alto a los pies. La entrada, de arco de medio punto dovelado, está en el muro Sur, y sobre ella hubo un pequeño vano para la campana, eliminado durante la restauración integral de 2001, construyéndose a cambio una espadaña con dos campanas en el muro que comparten la ermita y la llamada "casa del santero".
Inicialmente la ermita estaba dedicada a la Virgen de los Ángeles, bajo cuyo patrocinio se crea una cofradía en 1450, aunque los fieles mostraban una especial predilección por la Virgen de Bureta, que era venerada en aquel entonces en la capilla del lado del evangelio. Durante la Guerra Civil desaparece toda la imaginería, incluidos el retablo gótico y las imágenes que Pedro Agustín Albanell, obispo de Huesca, regaló en 1548 a la Virgen de Bureta en agradecimiento por el cese de una prolongada sequía. Tras la Guerra Civil, y antes de que existiera la imagen actual, se veneró temporalmente la figura que ahora reposa en una urna junto a la puerta del cementerio. La actual Virgen de Bureta se venera en el altar mayor, escoltada por dos tablas al óleo de reciente factura (1970), donadas por las familias Ibarra de Zaragoza y S. Escario de Fañanás, que representan a San Miguel Arcángel, a la derecha, y a San Juan Bautista, a la izquierda. En el lado del evangelio hay un retablo pictórico al óleo de reciente factura (1958) donado por las mismas familias.
La Casa del Santero es un edificio de dos pisos, con una entrada en arco de medio punto, construido con ladrillos aplantillados que marcan una moldura por el trasdós, y su función inicial fue la de servir como hospital para peregrinos pobres, enfermos infecciosos y desvalidos. Terminada su función, permaneció cerrada durante innumerables años, siendo utilizada eventualmente por labradores próximos como cuadra y refugio ante fuertes tormentas, pero a mediados del siglo veinte y a pesar de su ruinoso estado todavía conservaba la distribución original.
La planta baja tenía una gran sala principal a modo de recibidor y una cocina al fondo, separadas por una pared de lado a lado. La cocina disponía a su derecha de un enorme fogón con fuertes y numerosos ganchos, que permitían múltiples tareas al mismo tiempo, y un banco de piedra en cada lado. En el centro una gran mesa de piedra con dos largos bancos de madera, y en el lado izquierdo una gran tinaja para almacenar agua, unas tablas de madera a modo de estanterías y un ventanuco hacia el exterior. Todo el perímetro de la sala principal era una bancada de piedra y en el suelo de piedra natural había un dibujo circular realizado con piedras incrustadas. En la pared Oeste de esta sala, una amplia escalera de unos dos metros de ancho, iluminada por un ventanuco, y cuyo hueco se utilizaba como almacén de leña, conducía al piso superior, que estaba aislado de la escalera por una puerta muy ancha. En el segundo piso, salvo una pequeña estancia dedicada a sala de curas, botica o almacén, el resto estaba reservado para colocar camas, marcando el espacio de cada una con líneas verticales y números dibujados en la pared.
Actualmente, desde la rehabilitación integral de 2001, que cambió toda la distribución interior, sirve como centro para la organización ocasional de eventos y exposiciones.

Ubicación actual del crucero junto a la Ermita de Bureta

Ubicación inicial del crucero en la Plaza Mayor © Rubén Asín Abió

Coro alto y retablo pictórico

Escultura en homenaje a las mujeres del medio rural
En el exterior de la ermita se alza un crucero de término confeccionado en 1881, pieza única de la etnología aragonesa que cuenta con grabados en cada una de sus cuatro caras. Situado inicialmente en la Plaza Mayor, fue trasladado para construir en su lugar la primera fuente de la plaza, siendo colocado en un primer momento sobre una pequeña área rocosa del lado Este del Camino de Bureta, al frente del chopo de Redol. En fecha indeterminada se rompe en varios trozos, muy probablemente de modo accidental, siendo recompuesto y colocado ya en su lugar actual en 1984. Junto a la entrada de la ermita, una escultura en homenaje a las mujeres del medio rural y amas de casa, inaugurada en 2002, muestra el reconocimiento y la gratitud hacia ellas por parte del pueblo de Fañanás.
La primitiva imagen románica
Gracias a los escritos de Fray Roque Alberto Faci en su obra "Aragón, Reyno de Christo, y dote de María Santissima", podemos conocer el aspecto de la desaparecida imagen original de la Virgen de Bureta, al parecer una hermosa Virgen románica del siglo XII o XIII, que fue testigo durante muchos años de la pacífica convivencia entre musulmanes, judíos, cristianos descendientes de vasco-ilergetes, celtas y bárbaros:
". . . Es la santa imagen de Nuestra Señora de Bureta de madera, su rostro es bellísimo, y tanto, que creen sus devotos, ser difícil hallarse otra, que la exceda. Está sentada. Su vestido es colorado, con estrellas blancas. Lleva zapatos de punta. Tiene Ntra. Sra. al niño Jesús sentado en la falda. El vestido de este es verde, con estrellas blancas, y coloradas, debajo de su mano izquierda tiene un orbe. Ambas imágenes se adornan con coronas de plata . . .".
Grabados sobre el arco de entrada
En la puerta de acceso al templo, sobre las dovelas del arco de entrada, hay grabadas varias manos, un perro muy estilizado como símbolo de fidelidad y vigilancia eterna, y otras marcas de cantero y signos lapidarios, entre los que destaca un grabado que parece querer fusionar tres importantes símbolos cristianos, una vasija o cáliz, un pez y un ave.

Realce virtual de los grabados
Aunque no lo prohíbe expresamente el Corán, los musulmanes nunca representaban figuras animadas, utilizando en su lugar adornos arabescos abstractos o algún texto sagrado. Esta costumbre corresponde en realidad a su tradición, probablemente inspirada en el Antiguo Testamento católico o en la tradición hebrea, y advierte de que quienes pecan representando seres animados estarán obligados el día del Juicio Final a infundir un alma a sus creaciones, añadiendo ". . . que ningún artista se atreva a competir con la fuerza creadora de Al-láh . . .".
Pero su tradición sí que permite representar la mano, pues en una ocasión en la que los discípulos de Mahoma se quejaban del comentado impedimento, el profeta untó sus dedos en tinta y los apoyó sobre una hoja de papel, mostrándola sin más explicaciones. Desde entonces, la representación de este perfecto instrumento puesto al servicio del ser humano, ha sido para los musulmanes un talismán contra el mal de ojo y las desgracias. En el Islam la mano tiene tres significados: designa la providencia; es un resumen de la Ley, pues tiene cinco dedos al igual que la Ley tiene cinco dogmas fundamentales o cinco modos de decir que Dios es grande; y es un resumen de la religión, un instrumento poderoso de defensa contra los enemigos y un número sagrado que aparece en multitud de ocasiones.
También en la localidad de Chibluco, perteneciente al municipio de Loporzano, hay una mano grabada en la pequeña iglesia románica de Santa Cecilia (o Santa Cilia), concretamente en el lado izquierdo de la portada, junto con otros grabados entre los que pueden verse un sol, un ciempiés enrollado, un escorpión, un buitre, un esquemático ciervo, etc.:
". . . Habría que tener esto presente al ver una mano impresa o grabada en puertas y muros. Cerca de Huesca existen dos ejemplos: uno en Chibluco, en el lado izquierdo de la portada de la iglesia, donde entre un sol y unos caracteres árabes aparece una mano izquierda, y otro en la ermita de Nuestra Señora de Bureta, en Fañanás, donde hay varias manos marcadas en las dovelas de la puerta junto a otros signos difícilmente atribuibles a los moros, por lo que cabría la explicación de dos religiones como apoyo definitivo contra el mal y, en concreto, contra la brujería . . ."
Es la eterna mano representada ya en la prehistoria y después por cartagineses, musulmanes, judíos, indios, etc., que comparte espacio con símbolos de otras culturas en la búsqueda común de protección contra las enfermedades, la brujería, la magia negra y los demonios bíblicos.
Gozos a la milagrosa imagen de la Virgen de Bureta
1.- Virgen Santa de Bureta,
ilumina mi razón
para explicar tus Milagros,
que tan admirables son.
2.- Nuestra Reina Soberana
en Navarra fue querida,
y en monte de Fañanás,
en un tronco aparecida.
3.- Perder tan preciada joya
los navarros no quisieron:
volvieron luego a buscarte,
y contigo allá se fueron.
4.- Mas Tú, por nosotros firme,
aquí a aparecer volviste
en el mismo tronco, que antes
para bien nuestro elegiste.
5.- Viendo tanta maravilla,
te fabricaron el templo
al que todos juntos vamos
a celebrar tus portentos.
6.- Por Reina te colocaste
para estos cinco lugares
de Fañanás, Alcalá,
Pueyo, Argavieso y Novales.
7.- Voy a explicar un milagro
de la Virgen de Bureta,
obrado por motivo
de llevársele la puerta.
8.- Desde tiempos muy lejanos,
el agua para regar,
a los de Novales toca
los sábados emplear.
9.- Con permiso del alcalde
del pueblo de Fañanás,
estos llevaban el agua
por ser preciso regar.
10.- Haciendo uso del derecho,
que todos reconocían,
los de Novales quisieron
volver el agua en su día.
11.- Vanos fueron sus intentos,
no la pudieron volver,
y en el apuro discurren
lo que no podía ser.
12.- Se dirigen a la ermita
de la Virgen de Bureta,
y, para volver el agua
se le llevaron la puerta.
13.- Enseguida así lo hicieron
sin aprensión ni cuidado,
y no atendieron que el templo
quedaba desamparado.
14.- Cuando llevaban la puerta,
que creían necesaria
para su intento, advirtieron
que cada vez más pesaba.
15.- No cejaron en su empeño,
y así con ella marchaban,
sin ver que la Virgen bella
un milagro en ello obraba.
16.- Llegaron así a su punto,
y al quererla descargar
de sus espaldas, encuentran
que no la pueden dejar.
17.- Conociendo ya su yerro
y el milagro de la Virgen,
compungidos y llorosos
el perdón a esta le piden.
18.- La Virgen no consintió
que la puerta se empleará
en diferente destino
del que antes funcionaba.
19.- Vuelven de nuevo a la ermita,
y notan con regocijo
que la puerta no pesaba
tanto como en un principio.
20.- Caminando hacia la ermita,
y, al estar poco distantes,
pensaron dejar la puerta
donde se encontraba antes.
21.- Más, al llegar a la iglesia
con la puerta en sus espaldas,
la Virgen no permitió
que pudieran descargarla.
22.- Estos, tristes y afligidos,
ofrecieron muy de veras
el dar una caridad
para todo el que viniera.
23.- Cuatro fanegas de trigo
para dar en caridad,
en la puerta de este templo,
al que quisiera tomar.
24.- En el día seis de mayo,
todos los años siguientes,
subían la caridad
para todos los presentes.
25.- Pues vivimos los testigos
para poderlo probar
que en la puerta de este templo
tomamos la caridad.
26.- Y los que, tan justamente
fueron por Dios castigados,
una vez hecha la oferta,
la puerta se descargaron.
27.- Con lágrimas de alegría,
estos la puerta cogieron,
y en el punto donde estaba,
entre los dos la pusieron.
28.- El templo quedó cerrado:
se despiden de la Virgen,
y a contarles el milagro
a su pueblo se dirigen.
29.- Una vez que allá llegaron,
contaron tan gran portento,
y acordaron en unión
cumplir lo que prometieron.
30.- Los lugares antedichos,
llenos de gran devoción,
en vista de aquel milagro,
subieron en procesión.
31.- Y a la Virgen alabando,
con grande piedad y unción,
en su pintoresca ermita
celebraron gran función.
32.- El año cincuenta y siete,
este monte lo asolaba
la langosta que, de todas,
es la más terrible plaga.
33.- En la Virgen de Bureta
todos, prestos, confiaron,
y llévanla en procesión
por los campos infestados.
34.- A respetable distancia
donde la Virgen llegaba,
la langosta ante ella huía,
y de los campos marchaba.
35.- Marcho la langosta entonces
a donde no hacía daño,
probándose así, a las claras,
de la Virgen el milagro.
36.- Todos, al verlo, lloraban
con lágrimas de alegría,
y ensalzaban, cual merece,
aquella imagen bendita.
37.- El sacerdote subió
al púlpito a predicar,
y hasta los más tiernos niños
en el templo hizo llorar.
38.- La lámpara de este templo,
habiendo función, cayó,
sin derramarse el aceite,
y su luz no se apagó.
39.- Bien patente fue el milagro
que, en medio de tanta gente,
no causará daño alguno
y quedara sin romperse.
40.- Virgen Santa de Bureta,
en vos todos confiamos;
guardadnos nuestras cosechas
que tanto necesitamos.
41.- Libradnos de todo el mal
contagioso y calenturas;
dadnos la salud del alma
y del cuerpo, Virgen pura.
42.- Excelsa Patrona nuestra,
de ti esperamos el bien,
que nos des la gloria eterna,
con los ángeles, amén.
Principales acontecimientos históricos
1097: Donación del despoblado de Bureta a la Catedral de Huesca
Pedro I dona a la Catedral de Huesca una "pardina" (terreno ya despoblado donde hubo anteriormente un núcleo de población) llamada Borvata (Boruata, Bureta) próxima a Fañanás, con todos sus términos, cultivados y no cultivados. El topónimo Bureta podría derivar del árabe "borg" (torre o baluarte), y es evidente que tras la reconquista no se fomenta la repoblación de esta defensa, que complementaba el sistema defensivo del Castillo de Fañanás, pues aparece ya como despoblada en esa época.
1199: Construcción y donación al Obispado de un puente sobre el río Guatizalema y de una ermita-hospital
Ramón de Uncastillo, un viudo residente en Huesca, había construido con el consentimiento del obispado un puente sobre el río Guatizalema, dentro de la parroquia del Castillo de Fañanás, y más tarde una ermita-hospital junto a él: ". . . quoniam pons et hospitale sunt in parrochia oscensis episcopi . . .".
En Enero de este año dona el conjunto al obispo oscense Ricardo, el cual concede a Ramón de Uncastillo y a sus sucesores el derecho a tener en dicho hospital un oratorio y un cementerio para pobres, con la condición de que mantengan allí a un clérigo y que nombren a un laico como Baile, el cual se encargará de gestionar el hospital en su nombre. Impone también una condición que refleja que en estos momentos no se han llegado todavía a llevar plenamente a la práctica las disposiciones del concilio de Letrán de 1059, pues el obispo puntualiza que: ". . . el clérigo encargado del hospital, deberá hacer obediencia al obispo . . .". El cargo de Baile (de baiulus, "encargado" en latín medieval) permitía recaudar rentas, administrar bienes e impartir justicia, y según los Fueros del Reino de Aragón sólo podía ser ejercido por un aragonés no judío.
Otra de las cláusulas del documento confirma que en este momento el Castillo de Fañanás pertenece ya por completo al obispado: ". . . de las oblaciones que obtenga el oratorio se harán dos partes, una para el obispo (pro Castro de Fanyanas) y la otra mitad para el hospital . . .".
En la Edad Media, una de las funciones de muchas ermitas es la de servir como hospitales, especialmente durante las epidemias de peste negra que asolan Europa entre los años 1348 y 1400, sirviendo también como refugios habituales para los enfermos del mal de "San Lázaro" (lazaretos o leproserías), ya que todavía no se conocen bien este tipo de enfermedades. Para evitar los contagios, las villas disponen de ermitas-hospitales en las afueras, con camas en los pisos superiores, capillas y cementerios propios. Están situadas en lugares estratégicos y junto a caminos muy concurridos, ya que su misión es también la de asistir a caminantes, mendigos y peregrinos del Camino de Santiago. Estos templos suelen estar bajo la advocación de San Lázaro, San Sebastián, o María Magdalena, la hermana de Lázaro, el enfermo que murió de lepra y al que Jesucristo resucitó, aunque algunos cambian posteriormente de advocación llegando a la actualidad con otros titulares. Con el tiempo la mayoría de ellas desaparecen, aunque algunas siguen como simples ermitas. En las plazas más importantes y en puntos muy concurridos del Camino de Santiago se construyen enormes hospitales renacentistas, con patios interiores y varios pisos, en cuyas plantas bajas o peregrinerías se da alojamiento y comida, mientras que las altas se destinan a enfermerías, algunas de ellas reservadas para personajes ilustres, nobles y sacerdotes.
1450: Fundación de la Cofradía de la Virgen de los Ángeles
En su obra "El culto mariano en España", José Augusto Sánchez Pérez cita la fundación de esta cofradía:
". . . En el término de Fañanás (Huesca), está el santuario de Nuestra Señora de Bureta. Su imagen es muy antigua y milagrosa. Todos los sábados de Cuaresma iba todo el pueblo en procesión y la familia que no enviaba algún representante tenía que pagar un tributo. En 1450 se fundó una cofradía bajo el título de Nuestra Señora de los Ángeles, conservando la efigie antigua. Es invocada por los labradores en tiempo de sequías y por las señoras que están a punto de dar a luz . . .".
1548: El obispo agradece a la Virgen de Bureta el cese de una pertinaz sequía
Pedro Agustín Albanell, obispo de Huesca, regala a la ermita un retablo gótico y unas imágenes tras el cese de una prolongada sequía que había asolado la comarca durante durante dieciséis meses.
1720: Reparación de la ermita
Fray Roque Alberto Faci menciona en 1739 la reparación de la ermita: ". . . la antigüedad de esta ermita es mucha como lo dicen los vestigios que se hallaron, al renovarse en los años de 1720, de varios sepulcros y otros . . .".
1737: Procesión de la Virgen y fin de la sequía
Como relató Fray Roque Alberto Faci, la capital oscense y sus alrededores sufrían una grave sequía, y la vecindad de Fañanás decidió llevar a la Virgen en procesión desde la ermita hasta la iglesia parroquial: ". . . iban todos los de la procesión, descalzos, y muy en breve fue tanta la lluvia, que consoló a Fañanás, y a todos los pueblos vecinos . . .".
1739: Fray Roque Alberto Faci describe la fama milagrera de la Virgen de Bureta
En su obra "Aragón, Reyno de Christo, y dote de María Santissima", el religioso carmelita hace una completa descripción de la Virgen de Bureta y de sus muchos milagros:
". . . Nuestra Señora de Bureta, en los términos del lugar de Fañanás. Está situado el lugar de Fañanás en las riberas del río Guatizalema (bien celebrado por sus aguas) entre los pueblos de Alcalá del Obispo, Argavieso, y Pueyo. Centro de sus términos (y en él el de sus corazones María SSma.) es un montecillo, llamado por su partida, Bureta, de donde se mira abreviada, dilatada amenidad. En este hay una ermita muy capaz, dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles; pero en el de Nuestra Señora de Bureta, venerada en su altar, puesto a la parte del evangelio, mostró siempre Nuestra Señora su más especial patrocinio, y quizás esta por esto, tomando el nombre del montecillo, lo dió el santuario. ¿Qué signifique su renombre de Bureta?, no se alcanza, si no es, que digamos, que significando en el idioma francés, Burete, y Bruire, ruido, y en lo moral, Fama, y Rumor, se dijera así la santa imagen, por la fama de sus muchos milagros.
La antigüedad de esta ermita es mucha, como lo dicen los vestigios, que se hallaron al renovarse en los años de 1720, de varios sepulcros, y otros. No se sabe, sea la santa imagen aparecida, pero sí, antigua y milagrosa. La Cofradía aquí fundada bajo el título de Nuestra Señora de los Ángeles, y que cuida del culto de Nuestra Señora de Bureta, se fundó en el año de 1450, como consta de las memorias antiguas del libro de la Cofradía, visitado por los señores obispos de Huesca.
Es la santa imagen de Nuestra Señora de Bureta de madera, su rostro es bellísimo, y tanto, que creen sus devotos, ser difícil hallarse otra, que la exceda. Está sentada. Su vestido es colorado, con estrellas blancas. Lleva zapatos de punta. Tiene Ntra. Sra. al niño Jesús sentado en la falda. El vestido de este es verde, con estrellas blancas, y coloradas, debajo de su mano izquierda tiene un orbe. Ambas imágenes se adornan con coronas de plata.
Todos los Sábados de Cuaresma viene Fañanás al culto de Ntra. Sra. en procesión, y se apena la casa de quien, al menos, no concurre una persona. Dícese misa en ese día, por fundación de la Cofradía, en el segundo día de Pascua de Resurrección se repite la misma procesión, y se dice misa cantada, y concurren de todos los lugares vecinos a venerar a Ntra. Señora, y no a diversiones indignas, que se procuran impedir con devotos ejercicios. En el día de la Asunción de el Señor se hace la misma procesión, y se canta misa, y después se reparte pan, que llaman de Caridad. La fiesta principal de Ntra. Señora se hace en el día de su Asunción a los Cielos, concurriendo toda la Cofradía, y es innumerable el concurso de todos los pueblos vecinos. La devoción de esta santa imagen se demuestra antigua, por la hacienda, que posee, en varios campos, divididos entre los vecinos de Fañanás, de quienes cobra la Décima, y Primicia, y consta, ya por su Cabreo, ya por los Decretos de Visitas de los señores obispos de Huesca.
En las necesidades públicas se trae la santa imagen a la iglesia parroquial, y aquí concurren con Fañanás los pueblos vecinos, a su novena, y después a restituirla a sus aras. Jamás quedaron sin consuelo en estas necesidades, los que de veras la invocaron Madre de afligidos. En el año de 1737, padeciéndose mucha necesidad de agua en el territorio de la Ciudad de Huesca, el lugar de Fañanás, sin avisar a los pueblos vecinos, determinó traer a la Santa Imagen en veneración a la iglesia parroquial, y al comenzar a cantar la letanía en la ermita, fue tanta la emoción de los corazones de los fieles, que ni los sacerdotes pudieron proseguir la letanía, iban todos los de la procesión, descalzos, y muy en breve fue tanta la lluvia, que consoló a Fañanás, y a todos los pueblos vecinos. Agradecidos estos, pidieron, ser incorporados en la Procesión de Gracias, pero todos a pies descalzos, y las continuaron, cantando misa a Ntra. Señora.
No se debe omitir lo que sucedió ante todos estos pueblos congregados para celebrar la Misa de Gracias. Al comenzarse la misa, compuso un devoto la lámpara, y no dejando la soga de ella segura, cayó la lámpara sobre los ladrillos, y ni se rompió ella, ni se derramó gota alguna de su aceite, y con esto queda dicho, que ni de agua. Se tuvo por Milagro, y se pudo autenticar con tantos testigos, como concurrieron. En las necesidades de los partos, es muy singular su patrocinio, y no se sabe en sus devotas, desgracia alguna en tales casos. Su capilla está llena de varias preseas, y entre ellas dos cirios grandes, con las armas de dos señores obispos de Huesca, y uno de ellos es el Ilmo. Señor Don Augustín de Frago, como lo denotan sus armas.
En tiempo, en que aún vivían moriscos en Aragón, y partido de Huesca, sucedió una cosa prodigiosa, y graciosa, como dice la tradición: el lugar de Nobales tiene derecho a las aguas de Guatizalema, los Sábados, y queriendo atajar las de la azequia Molinar un morisco, desquició la puerta de la ermita de Ntra. Señora, y se la llevó a las espaldas, para atravesarla en la dicha acequia, pero se dice, que jamás pudo sacudirla, y sacarla de las espaldas, hasta que la restituyó al portal de la ermita, así quedaría corregido el sacrilego ladrón morisco, y en todos la memoria, para el escarmiento de quien profana las iglesias . . .".
1792: La ermita vista por Pedro Blecua y Paúl
En su obra "Descripción topográfica de la ciudad de Huesca y todo su Partido en el Reyno de Aragón" describe la Ermita de Bureta como ". . . de fábrica muy capaz y muy bien adornada . . .". Es lógico que se lleve una muy buena impresión de ella puesto que había sido reparada setenta y dos años antes.
1847: La ermita vista por Pascual Madoz
En su obra "Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar", en la descripción de Fañanás dice que ". . . en el mismo se encuentra una ermita (Ntra. Sra. de Bureta), notable por lo ventajoso de su posicion y por su escelente iglesia . . .".
1857: La Virgen aleja la plaga de langosta
Debido a la implacable insistencia de los vientos procedentes de África, la agricultura española padece una plaga de langostas, y los campesinos en su desesperación recurren a la ayuda divina, lo cual queda reflejado en los relatos de muchas localidades sobre rogativas y milagros, como el incluído en los Gozos a la Virgen de Bureta: ". . . llévanla en procesión, por los campos infestados. A respetable distancia donde la Virgen llegaba, la langosta ante ella huía, y de los campos marchaba . . .".
1953: Reconstrucción de la Ermita de Bureta
Con la intención de recaudar fondos para restaurar la ya muy deteriorada ermita, la "Junta de Reconstrucción de la Ermita de Nuestra Señora de Bureta", creada a tal efecto, distribuye unas participaciones de 2 pesetas del número 34.804 para el sorteo de la Lotería de Navidad, en las que se ruega un donativo de 25 céntimos por peseta.
1958: Donación a la ermita de un retablo pictórico
El 6 de Septiembre, las familias Ibarra de Zaragoza y S. Escario de Fañanás donan a la ermita un retablo pictórico al óleo. La imagen representada es la de la Virgen que reposa actualmente en una urna junto a la puerta del cementerio, que fue venerada temporalmente tras la Guerra Civil antes de que existiera la imagen actual. En 1970 las mismas familias donan las dos tablas al óleo que escoltan a la actual Virgen de Bureta, la de San Miguel, a la derecha, y la de San Juan Bautista, a la izquierda.
1984: Reparación y traslado del crucero a la ermita
Confeccionado en 1881 y situado inicialmente en la Plaza Mayor de la villa, esta pieza única de la etnología aragonesa fue trasladada para construir en su lugar la primera fuente de la plaza, siendo colocado en un primer momento sobre una pequeña área rocosa del lado Este del Camino de Bureta, frente al chopo de Redol. En fecha indeterminada se rompe en varios trozos, siendo finalmente reparado y colocado en su lugar actual en 1984.
2001: Restauración integral de la ermita
Siendo Gregorio Manuel Ruiz Orús alcalde de la Entidad Local Menor de Fañanás, se ejecuta un plan de restauración integral del conjunto de la ermita, que deja dicho patrimonio en óptimas condiciones de conservación, pues la última reparación había sido realizada alrededor del año 1954.
2002: Inauguración de la escultura en homenaje a las mujeres
Bajo la misma alcaldía, el 4 de Agosto tiene lugar un acto de homenaje a las mujeres del medio rural y amas de casa, durante el cual se inaugura una escultura frente a la ermita como muestra de reconocimiento y gratitud hacia ellas por parte del pueblo de Fañanás.
Los hospitales medievales en el Camino de Santiago
Durante la Edad Media las peregrinaciones son ampliamente facilitadas por monarcas, monjes, cofradías de tipo gremial, obispos, y donantes particulares mediante legados testamentarios, los cuales dedican parte de sus recursos a reparar caminos, y sobre todo a construir puentes y hospitales.
Afrontar por aquel entonces el Camino de Santiago era una arriesgada aventura, ya que los relatos y las guías de peregrinación de la época hablan de frecuentes ataques de osos, lobos y salteadores, llegándose al punto de ajusticiar públicamente a estos últimos en algunas localidades. El viaje suele hacerse "de Pascua a San Miguel", y muy poca gente se arriesga a hacerla en invierno, lo cual no es de extrañar, pues el Hospicio de Roncesvalles, situado en un difícil y solitario paso, es fundado en 1132 por el obispo de Pamplona debido a los miles de peregrinos que mueren asfixiados por ventiscas o atacados y devorados por lobos. También es frecuente enfermar durante el viaje, ya que el cansancio se va acumulando y se recorren tramos que pueden ser agotadores, algunos en condiciones casi inhumanas.
Muchos lugares comienzan a disponer de hospitales dirigidos por órdenes religiosas, la mayoría pequeñas construcciones con unas cuantas camas, capilla y cementerio propio. No son instituciones para toda la población, sino centros de acogida donde peregrinos pobres, desvalidos y enfermos infecciosos reciben la caridad cristiana. Su principal función es que los cansados peregrinos repongan fuerzas antes de continuar el camino, acogiéndoles en caridad durante un máximo de tres días. Si llegan enfermos se les cuida hasta su recuperación, y si mueren son enterrados en el pequeño cementerio.
En la puerta del hospital suele haber una persona encargada de repartir pan a los caminantes que lo necesitan, mientras los capellanes de lenguas sirven de intérpretes a los peregrinos extranjeros. A quienes atraviesan el umbral, antes de nada se les lavan los pies y la cabeza, se les afeita y peina, y se arreglan sus gastados zapatos. El lavado de pies es un recordatorio del que Jesús hizo a los apóstoles, un acto de cortesía y hospitalidad que se practicaba habitualmente en los países orientales, así como de descanso e higiene para quienes han caminado descalzos o con sandalias durante días. Los peregrinos tienen la oportunidad de hacer un reconfortante reposo y varias comidas diarias, normalmente almuerzo, comida y cena, consistentes habitualmente en pan y vino, pues trigo y uvas son las principales producciones de la economía de la época, lo cual hace recordar aquello de que "con pan y vino se anda el camino". Cuando es posible se añade a la dieta algunas legumbres, verduras, carne, pescado e incluso fruta. Además pueden disfrutar de servicios religiosos y de misa dominical en la capilla del hospital, o en una iglesia o ermita cercana. Una vez reconfortados física y espiritualmente, los peregrinos dejan el hospital para continuar viaje hacia el sepulcro del apóstol Santiago, o de vuelta hacia sus lejanos lugares de origen.
Los hospitales también sirven para alejar de las poblaciones a los enfermos de lepra, considerada muy contagiosa en esta época, o de "ignis sacer" o "fuego de San Antonio", enfermedad producida por comer centeno contaminado y cuyos síntomas la hacen parecer contagiosa. A los enfermos se les ofrece una mullida cama, en salas que permanecen iluminadas durante la noche y separadas por sexos, algo difícil de cumplir en los pequeños hospitales, pues algunos documentos de la época recomiendan que no duerman más de dos personas en cada cama, una evidente muestra de sus limitados recursos.
Suelen tener botica propia y un huerto para el cultivo de las plantas medicinales necesarias, lo cual ha propiciado que en los alrededores de estos lugares puedan encontrarse en la actualidad más variedades de este tipo de plantas que en otros parajes.
En las plazas más importantes y en algunos lugares estratégicos del camino se construyen enormes hospitales renacentistas, con patios interiores y varios pisos, en cuyas plantas bajas o peregrinerías se da alojamiento y comida, mientras que las altas se destinan a enfermerías, algunas de ellas reservadas para personajes ilustres, nobles y sacerdotes.
Para los peregrinos el sanador por excelencia es el apóstol Santiago, que según consta en el "Codex Calixtinus", devolvía la vista a los ciegos, el oído a los sordos, el paso a los cojos y así una larga lista de enfermedades y discapacidades. También se les atribuyen propiedades curativas a las conchas que acompañan a los peregrinos durante su viaje.
Foto de encabezado: Vista de la ermita y el cementerio con la Sierra de Guara al fondo