Santiago Aliaga Escario: La cultura apícola
Entrevista (18/05/2012)

Pintura rupestre de la Cueva de la Araña (Bicorp - Valencia)
Las pinturas rupestres de la Cueva de la Araña (Bicorp - Valencia) muestran escenas de recolección de miel y para el Egipto faraónico las abejas de miel eran las lágrimas de Ra (el dios Sol), ¡es evidente que estos insectos tuvieron mucha importancia para nuestros ancestros!.
¡Desde luego que no pasaron desapercibidos!. Es curioso comprobar cómo a lo largo de los siglos numerosas culturas adoptaron la abeja como símbolo espiritual y su laboriosidad como ejemplo a seguir por los hombres, sobre todo teniendo en cuenta que humanos e insectos nunca nos hemos llevado demasiado bien. En la cultura cristiana también hay muchas referencias a las abejas y a su espíritu de sacrificio por la colmena. En la Edad Media las velas elaboradas con cera de abejas eran en exclusiva para los Nobles y la Iglesia, mientras que los vasallos sólo podían aspirar a iluminar sus casas con sebo de animales. El Cirio Pascual era un claro ejemplo de la ostentación del poder de la Iglesia hacia sus fieles.
Durante muchos siglos la apicultura gozó de gran prestigio, ya que proveía el único edulcorante conocido, la miel, hasta que el descubrimiento de América trajo la caña de azúcar y la remolacha azucarera, ¡pero la miel tiene sin duda beneficios y propiedades que no ofrecen los azúcares y edulcorantes modernos!.
Sin poder ser descrito exactamente como un medicamento, aunque si como un alimento completamente natural y sano, la miel tiene indudables ventajas frente al azúcar de caña o de remolacha. A diferencia del azúcar refinado, la miel está compuesta por glucosa, fructosa y enzimas propias de las abejas, por lo que pasa directamente al torrente sanguíneo sin hacer trabajar al hígado. Sin embargo, el azúcar industrial contiene sacarosa, que para que nuestro organismo pueda asimilarla deber ser metabolizada por el hígado, empleando calcio del organismo en el proceso. Por eso es altamente recomendable la miel para mujeres con deficiencia de calcio y personas con problemas de hígado, así como para diabéticos, siendo apto en general su consumo desde los 18 meses de edad o más hasta la más centenaria ancianidad.
¿Cuántos tipos de miel existen?.
Me alegro que me hagas esta pregunta, porque más que hablar de miel debería hablarse de mieles, como ocurre con los quesos o los vinos. Las mieles, en cuanto a su color, van desde la transparencia casi total de la miel de acacia, hasta la negrura verdosa de la miel de abeto, con toda una variedad intermedia de colores amarillos, anaranjados, ocres y marrones. En cuanto a su sabor, las mieles claras son más delicadas y dulces, frente al paladar más contundente y fuerte de las mieles oscuras, pudiendo incluso ser un poco amargas como en el caso de la miel de brezo. También pueden clasificarse como monoflorales, o con predominio de flores de una especie botánica; multiflorales, o de flores de varias plantas en proporciones muy variables; y mielatos, generalmente más oscuras y que no proceden de flores, sino de exudaciones azucaradas de algunas plantas y árboles, bien segregadas directamente por la propia planta o extraídas por insectos chupadores del tallo o la corteza. Como la lista sería interminable, te diré que aquí en Aragón hay tipificadas las siguientes mieles: monofloral de romero, monofloral de tomillo, monofloral de alfalfa, monofloral de girasol, multifloral de primavera, multifloral de montaña y mielato de encina o carrasca. En Fañanás, la miel obtenida hasta ahora podría considerarse como una mezcla de multifloral de primavera y montaña con algo de mielato de carrasca, debido a la variedad de plantas silvestres y cultivadas que intervienen en su composición y que no es en absoluto la misma todos los años.
!Y si queremos comprar una buena miel!, ¿qué debemos hacer?.
Comprarla al apicultor local más cercano y a ser posible tras la época de recolección, la llamada miel de cosechero. Las leyes obligan a establecer una fecha de caducidad de los alimentos, y la miel se considera caducada a los dos años de su compra, pero en realidad si se conserva protegida de la luz y de la humedad su duración es casi eterna, como la encontrada en una pirámide egipcia, que todavía era consumible miles de años después de su recolección. Un buen indicador de que la miel no ha sido sometida a ningún tratamiento industrial es su endurecimiento, lo que se conoce como "cristalización". Si se endurece basta con poner el bote al "baño maría" durante un corto periodo de tiempo para que vuelva a estar fluida. Generalmente (con algunas excepciones), la miel que no endurece indica que ha sido calentada excesivamente, y aunque comercialmente es más atractiva ha perdido muchas de sus propiedades. No tengo ningún reparo en decir que la miel de los supermercados y grandes superficies, generalmente tiene poco de miel, y mucho de glucosa industrial mezclada con miel importada de muy poca calidad. Hay dos cosas que nunca debemos hacerle a la miel: calentarla por encima de 50 grados y añadirle agua, porque fermenta. Hay un refrán que me gusta mucho nombrar: "No compres cosa vieja, que no sea miel, abono o teja".
Antiguamente en el País Vasco se consideraba a las abejas miembros de la familia, y se les contaba todas las vicisitudes familiares porque de lo contrario se creía que podían abandonar la colmena, ¿tienes constancia de algún tipo de comunicación entre humanos y abejas?.
Hay épocas del año en las que toleran mejor mi presencia que otras. Yo siempre digo que las abejas no me pertenecen, sólo las colmenas, y que en realidad soy como un casero vestido de blanco que les cobra en miel el alquiler una o dos veces al año . . . (risas). Reconozco que les hablo cuando trato de no chafarlas al mover los cuadros o volver a poner la tapa. Ellas tienen sus días de "visita" y yo no puedo ir a verlas en días lluviosos, con viento, de noche, o con bajas temperaturas, porque me lo harían saber defendiendo la colmena con su aguijón. En días soleados y a mediodía, puedo sentarme cerca de las colmenas a pocos metros, que me toleran y no me prestan ninguna atención, dejándome ver como entran y salen por la piquera de la colmena. Estoy obligado a entender sus zumbidos, que me indican desde una enfermedad, una orfandad de reina, o por el contrario que la colmena tiene muchas reinas a punto de nacer, para poder actuar y mantener siempre a las colmenas muy pobladas, libres de enfermedades y parásitos y con buena producción, como cualquier otra ganadería. No me odian tanto como a otros depredadores, pero tampoco se fían del todo de mi . . . (risas). La abeja negra ibérica tiene peor genio que otras razas extranjeras, más mansas con sus apicultores.
Un estudio del Proyecto Alarm de la Unión Europea ha cifrado en el equivalente a 153.000 millones de euros anuales el "trabajo de polinización" que las abejas realizan de forma totalmente gratuita, y eso teniendo en cuenta solamente los vegetales que forman parte de la dieta alimenticia humana, ¡parece ser que la frase que se atribuye a Albert Einstein no es para tomársela en broma!: Si las abejas desaparecieran, a la humanidad sólo le quedarían cuatro años de vida.
Te pongo otro ejemplo ilustrativo sobre la importancia de la polinización. En Irak, antes de la guerra, los agricultores tenían la obligación estatal de tener colmenas para polinizar sus cultivos. Tras la invasión militar, Naciones Unidas tuvo que financiar a través de la FAO la introducción de nuevas colmenas, porque habían desaparecido prácticamente todas las abejas del país, y la escasez y baja calidad de los vegetales hacían probable una hambruna inminente de la población. Esto es un modelo a escala de lo que podría ocurrir globalmente si desaparecieran las abejas. Debería potenciarse una buena relación entre agricultores y apicultores, que hoy en día es muy escasa, debido a que las multinacionales que venden semillas, pesticidas y fitosanitarios han impuesto las reglas de lo que significa un cultivo rentable, y los agricultores se han dejado seducir por esa rentabilidad a corto plazo, sin sopesar los daños que esto produce en sus campos a largo plazo.
Desgraciadamente algo está ocurriendo con las abejas durante los últimos años, desaparecen colonias enteras, ¿es un fenómeno global o sólo se da en determinadas zonas?.
Hay una relación directa entre el nivel de desarrollo de un país y la desaparición de las abejas, a mayor desarrollo mayor desaparición. A los enemigos naturales de las abejas hay que sumar otros factores a los que las colmenas no son ajenas, como los parásitos desplazados accidentalmente por el hombre, que en sus lugares de origen eran combatidos por sus propias razas de abejas pero que en otros lugares las abejas autóctonas no saben como librarse de ellos, y los métodos de producción agrícola intensiva. En muchas partes del mundo ya se está usando a las abejas como indicadoras de la calidad medioambiental, desde la calidad de sus aguas, hasta la presencia de substancias químicas, radioactivas o de metales pesados.
De las posibles causas que se barajan, un virus denominado Israel Acute Paralysis, la utilización de pesticidas en las cosechas, el aumento exponencial de las emisiones electromagnéticas, el calentamiento global, u otras, ¿cuál ves más verosímil según tu experiencia como apicultor?.
Aunque las abejas poseen una capacidad de adaptación asombrosa ante las adversidades, no debemos olvidar que sus antepasados habitaron la tierra antes de que apareciera el hombre, es indudable que ha llegado un momento en que la acción de los seres humanos sobrepasa esa capacidad de supervivencia. De todas las teorías expuestas hasta el momento, veo como más verosimil una combinación de dos: un virus, y las ondas electromagnéticas que aumentan de una forma invisible día a día. Aunque el uso indiscriminado de pesticidas también puede influir, he constatado que en Fañanás en general, los agricultores se suelen portar bien con el uso racional de los mismos y respetando su no utilización en épocas de floración, que ha evitado daños en mis colmenas. De hecho hasta ahora, ninguna de las bajas de las colmenas se ha producido por envenenamientos, sino por reinas genéticamente defectuosas, reinas comidas por abejarucos en sus vuelos de fecundación, reinas que sólo ponían huevos de zángano o por enjambrazones naturales no controladas a tiempo.
Curiosa sociedad la de las abejas, un auténtico matriarcado, con una reina, decenas de miles de obreras y un escaso centenar de machos, los zánganos, que además tienen sus días contados, ¿cuál es el esquema de roles de una colmena?.
En las colmenas el individuo no significa nada, es un ser incompleto, por eso los biólogos consideran el conjunto de individuos de una colmena como un ente vivo. La reina es la madre de toda la colmena, es una "máquina de poner huevos" que mediante feromonas da órdenes a toda la colmena. En épocas antiguas se creía que la abeja reina era un rey y que tenía un harén inmenso de abejas madre, imagino que en la antigüedad no se podían ni imaginar a una hembra gobernando nada. Las obreras son hembras estériles imprescindibles para todas la tareas de la colmena, que en sus primeros días de vida ejercen como limpiadoras, creciéndoles después unas glándulas en la mandíbula y pasando a hacer de nodrizas y doncellas de la reina, alimentando a esta y a las larvas con jalea real. Después trabajan como cereras construyendo panales con la cera que segregan de su abdomen, como sanitarias evacuando cadáveres, ventiladoras, guardianas de la puerta, y así van madurando dentro de la colmena hasta que un día aprenden a volar y pueden salir fuera a recolectar miel, polen, agua y propóleo. Su muerte natural es por agotamiento. Los zánganos no son tan vagos como se creía hasta ahora. Ayudan a calentar la colmena y distribuir el alimento, aparte de formar nubes de fecundación, cual espermatozoides, para fecundar a una sola reina, aunque sólo unos quince de ellos serán los afortunados. Cuando llega la época de invernada, los zánganos son arrastrados fuera de la colmena, para economizar reservas, por lo que mueren de frío, hambre y supongo que de pena. Como curiosidad, la única diferencia entre una reina y una obrera reside en la alimentación que recibe a partir del tercer día, cuando la reina sigue siendo alimentada con jalea real mientras las futuras obreras son alimentadas con una papilla a base de polen y miel. Los zánganos tardan más en convertirse en insectos adultos y nacen de huevos sin fecundar, siendo la reina la que decide qué huevos serán obreras y cuales machos.
Vista la importancia que esta especie tiene para la cadena alimenticia de todo el planeta, ¿cuál debería ser nuestra actitud hacia las abejas?.
Respetarlas y conocerlas mejor. No se teme a lo que se conoce, y en general gran parte de la población las conoce poco. Buena muestra de ello es cuando muchos me preguntan que tal mis avispas, porque sólo ven miel y picaduras, pero las abejas nos ofrecen mucho más. Deberíamos aprovecharnos más de su labor polinizadora.
El mundo de las abejas ha servido de decorado o incluso de metáfora de la propia sociedad humana en muchas obras literarias y cinematográficas como "El espíritu de la colmena" (Víctor Erice, 1973), "El apicultor" (Théo Angelopoulos, 1986), "La vida secreta de las abejas" (Gina Prince-Bythewood, 2009), "La colmena" (Mario Camus, 1982), "La abeja reina" (Ranald Mac Dougall, 1955) y muchas otras, ¿hay alguna obra de este tipo que te haya gustado especialmente?.
No me gusta mucho humanizar a los animales, es un defecto en el que caemos muy a menudo, y ellos se rigen por otras leyes, no se si más justas o no, pero si más naturales. Conozco "la colmena", "el apicultor" y "la vida secreta de la abejas" y todas me han gustado, incluso en un libro que me recomendaron, "La elegancia del erizo", establece en un capítulo una similitud de los seres humanos/abejas, pero recuerdo una película que vi el año pasado titulada "miel" sobre un apicultor que va en busca de sus abejas desaparecidas, un bonito cuento rodado en Turquía con unos paisajes espectaculares. La verdad es que prefiero ver documentales sobre su vida, que visiones utópicas de una sociedad humana similar a la estructura social de las abejas.
Siempre me ha gustado investigar el por qué de las expresiones y frases hechas que empleamos habitualmente, y me resultó muy curioso el origen de la expresión "luna de miel".
Pues sí que es curiosa, aunque como sabes hay varias versiones sobre su origen. Se dice que en Babilonia, hace más de 4.000 años, el padre de la novia le daba al novio toda aquella cerveza de miel que pudiera beber durante un mes (una lunación). La versión más extendida es la de los romanos, en la que la madre de la novia dejaba en la alcoba nupcial cada noche durante un mes (una luna) una vasija con miel, para que los recién casados recuperaran fuerzas rápidamente. Para que luego se hable mal de las suegras . . .
Como despedida de esta breve entrevista, no hay una pregunta concreta, sólo un espacio vacío que espera ser ocupado por aquello que en este momento quieras compartir. Muchas gracias por todo.
Muchas gracias a ti José Antonio, por permitirme esta oportunidad para dar a conocer a los demás un poco más sobre este mundo de las abejas. En cada visita al colmenar aprendo cosas nuevas de ellas, y sé que todavía tienen muchas cosas que enseñarnos, sólo hay que saberlas escuchar.
Vídeo: Revisando las colmenas
Vínculos externos
Blog "Escritos de Ignacio Almudévar Zamora"
El colmenero de Fañanás