Carnavales 2016
Sábado 13 de Febrero
● 20:00 h . CENA DE CARNAVALES
- Bocadillos: Longaniza o panceta
- Bebidas: Refresco o cerveza
- Precio: 4,50 €
Quienes deseen apuntarse pueden hacerlo en el bar hasta el Jueves 11 de Febrero
¡Anímate y ven con tu disfraz!
Los carnavales, cuya fecha varía entre Febrero y Marzo dependiendo del año, tienen su origen en ancestrales tradiciones paganas, como las fiestas bacanales celebradas por los romanos en honor a Baco (dios del vino) o las fiestas saturnales y lupercales, también romanas, aunque algunos historiadores consideran que los orígenes más remotos de estas festividades se remontan a la antigua civilización sumeria, hace más de 5000 años, y a la egipcia, que celebraba fiestas en honor del toro sagrado Apis.
El carnaval es un tiempo de espectáculos coloristas, excesos y desenfados, que tiene lugar inmediatamente antes de las penitencias de la Cuaresma católica, y durante el cual se cuestiona la cotidianidad y el orden jerárquico establecido, motivo por el que nunca ha sido muy bien visto por los poderes civiles y eclesiásticos, ya que su carácter popular conlleva fuertes críticas sociales, políticas y religiosas, a lo que se añaden el anonimato que permiten los disfraces y las máscaras junto a la permisividad propia de cualquier fiesta.
Durante el siglo XX desaparecieron en Aragón bastantes tradiciones de carnaval, en su mayor parte debido a un decreto gubernativo que, tras la Guerra Civil, prohibía las reuniones sociales en las que la gente llevara la cara cubierta, por lo que muchos disfraces y ritos tradicionales aragoneses pasaron a ser ilegales, como los celebrados en Jánovas, Boltaña o Broto, aunque algunos de ellos han sido recuperados a principios del siglo XXI, como los de Torrelacárcel o Luco de Jiloca.
La comarca de Sobrarbe es la que conserva los ritos más ancestrales, con un calendario festivo digno de ser conocido que recorre durante un mes gran parte de sus valles y pueblos. También son destacables las celebraciones de la localidad navarra de Lesaka o las que tienen lugar en la cordillera francesa, donde un "Sent Pançard" ataviado con una chaqueta de vivos colores, una estrafalaria corona y un collar de salchichas, huye cada año de las autoridades francesas iniciando una rocambolesca travesía por las cimas del Pirineo oscense y bearnés, aunque finalmente acaba apresado y escoltado por "la cuaresma" a un juicio en el que, a pesar de los gritos de sus seguidores, un mal abogado defensor no consigue impedir que un juez corrupto lo condene de nuevo a la hoguera. Y vuelta a empezar. . .
Según los ritos carnavalescos más antiguos de Aragón, durante los meses del largo invierno los difuntos se hallan perdidos, y el Carnaval es el momento más oportuno para ayudarles a encontrar su camino hacia el "más allá", para que desde allí puedan ayudar a la fertilidad de las tierras, los animales y las gentes. Pero esto sólo puede ocurrir si los vivos encaran la primavera completamente purificados, sin ningún tipo de culpa o vicio, para lo cual se crea un muñeco que personifica todos los aspectos negativos de la existencia y que será juzgado y condenado a muerte, llevándose a la tumba todas las malas acciones de la población.
En Bielsa los mozos se disfrazan de “trangas”, personajes míticos mitad humanos y mitad animales, generalmente machos cabríos (símbolos de la virilidad y la fertilidad), que se dedican a asustar y amedrentar a quienes se tropìezan con ellos, mientras que las mozas se visten de "madamas", con ropas blancas y gorros adornados de cintas de colores (símbolos de la pureza), aunque también pueden verse onsos, domadores, amontanos, caballés o garretas, y sobre todo un muñeco que es el rey del carnaval, Cornelio Zorrila, que colgado de la fachada del ayuntamiento observa el bullicio y la alegría reinantes mientras espera su ajusticiamiento. El rey del carnaval de Torla es una bestia negra y peluda con cuernos, representante de todo lo malo que ha sucedido durante el año, la cual vive en Ordesa hasta que el "tenedor” acude a darle caza y tras exhibirla atada por las calles de Torla es finalmente juzgada y condenada. En Gistaín la representación del carnaval es el "muyén", que recorre las calles acompañado por las rondas hasta que es ajusticiado el "domingo de piñata" para dar comienzo a la Cuaresma. Las gentes de los pueblos del Valle de la Fueva, tras colocarse sus disfraces, organizan una animada y bulliciosa caravana automovilística que recorre cada uno de los pueblos, en los que reciben de la vecindad la comida y bebida necesarias para reponer fuerzas, terminando el recorrido en Tierrantona. Los "mayordomos" y las "madamas" de San Juan de Plan organizan una fiesta en la que se pasea el "peirot", un muñeco con ropas viejas y montado sobre un burro que va pidiendo por las casas acompañado de las rondas, hasta que es quemado en la Plaza Mayor después de que los "mayordomos" y las "madamas" hayan bailado el pasodoble “domingo de carnaval” bajo la vigilancia del "melitá", encargado de que las parejas no se acerquen demasiado. En Nerín el rey de la fiesta es "o carnuz", un muñeco hecho de trapos viejos y relleno de paja que es juzgado y condenado a morir en la hoguera tras el baile, continuando durante la madrugada con una estruendosa esquillada. La localidad turolense de Luco de Jiloca ha recuperado a los personajes carnavalescos de los "zarragones" y las "madamas". En Torrelacárcel los "mascarones" y las "viejas" recorren las calles para meterse con la vecindad. En las localidades de la comarca zaragozana de las Cinco Villas se conservan personajes populares de carnavales como el "amortajau" de Navardún, el "esquilón" de Biel, el "allaga" y el "cuernazos" de Pintano, el "ensabanau" de Rivas, el "hombre del higuico" de Luesia y Pintano, el "cobertor" de Uncastillo, el "madamas" de Longás y Pintano, y el "mascaretas", un personaje bastante habitual en muchos municipios.