Molino Harinero
El Molino de Fañanás es un edificio medieval de tres plantas construido en sillería y tapial, al que se accede a través de un arco de medio punto cuyo lado izquierdo está ligeramente rebajado, probablemente para permitir la entrada a la sala molinera de carros o remolques más anchos. Los restos que se conservan son los de la pétrea estructura original, habiendo desaparecido las dependencias que se añadieron posteriormente, de las que tan sólo quedan las marcas que los maderos dejaron en los sillares y alguna piedras de lo que fue una escalera.
En la planta baja está la sala molinera, cubierta por una impresionante bóveda de cañón construida con sillares. Al fondo, tras un muro de piedra con saetera defensiva, hay una pequeña sala que tiene el suelo dos escalones más alto. En el muro izquierdo de la sala molinera, nada mas traspasar el arco de entrada, puede verse un signo lapidario en forma de cruz, y más adelante un ventanal enrejado y una antigua puerta que permitía salir al exterior para acceder al cárcavo, la cual fue reconvertida posteriormente en otro ventanal enrejado bajo el que se instaló una báscula. En la sala trasera hay también un ventanal enrejado y restos de una escalera de maderos por la que se accedía originalmente a los demás pisos. Las dos plantas superiores servían como vivienda y granero, y están en un pésimo estado, pues hace ya muchas décadas que destejaron el edificio, quedando condenado desde entonces a la inclemente acción de las aguas.

Aspecto actual de la Sala Molinera

Ventanal enrejado y puerta para acceder al cárcavo

Saetera defensiva

Signo lapidario en el muro izquierdo de la sala molinera
Las dependencias que se añadieron a la estructura original, hoy desaparecidas, eran: una construcción de una planta con tejado a dos aguas, que servía de pajar y cuadra; y un avance de dos plantas con tejado a un agua, cuya planta baja servía de patio de entrada al conjunto, con una escalera de acceso a la cocina de la planta superior, que a su vez conectaba con el resto de la vivienda y el granero superior. Todavía es visible el hueco dejado por el fogón de la cocina, a cuyos lados había dos buenas cadieras.

Fachada Este con el arco de entrada a la sala molinera

Recreación virtual aproximada del exterior del molino con las dependencias modernas ya desaparecidas
Las piedras de moler están completas pero rotas, y no quedan restos de la maquinaria, pues alguien decidió dar otro uso a sus maderas (normalmente de roble) y piezas metálicas. Bajo la sala molinera se encuentra el cárcavo, al cual se accede desde el exterior, aunque actualmente no es posible visitarlo por encontrarse taponado por un gran montículo de tierra. A través del ojo por el que ascendía el árbol, se observa bajo el agua una estructura circular que podría corresponder a restos del rodezno.

Detalle de la piedra volandera con la muesca para la navija

Cerraja que regula el caudal de agua que entra en el cárcavo

Cerraja y ojo por donde ascendía el árbol

Entrada de agua en el cárcavo fotografiada a través del ojo
Aunque todavía se está a tiempo de una actuación urgente, el molino se encuentra seriamente amenazado, y su desaparición, si no se hace nada por remediarla, supondría una pérdida irreparable para el patrimonio aragonés, pues es uno de los pocos ejemplos de molino medieval fortificado que quedan en Aragón, una estructura civil pero defensiva con una sólida y bien trabajada bóveda de cañón construida con sillares de piedra.
En la "Lista Roja del Patrimonio" oscense
En Febrero de 2008, el Molino de Fañanás es incluido en la Lista Roja del Patrimonio elaborada por Hispania Nostra, asociación declarada de utilidad pública que se dedica a la defensa, salvaguarda y puesta en valor del patrimonio cultural español y su entorno, asociación de la que la reina Sofía aceptó ser presidenta de honor.

Ventanal de la sala trasera

Vista de Fañanás desde la sala molinera

Detalle del arco de entrada a la sala molinera

Losas removidas durante el expolio del año 2006
En la provincia de Huesca, esta lista recoge junto con el Molino de Fañanás más de veinte construcciones que se encuentran en serio peligro, entre ellas el castillo de Arrés, situado en el Camino de Santiago; la ermita románica de Anzano, reconvertida en un garaje de maquinaria agrícola; la ermita de San Miguel, próxima a los restos del castillo de Marcuello; la iglesia de Anzano, cuya portada principal fue arrancada y vendida al Museo Marés de Barcelona; la iglesia de San Miguel de Abós; la iglesia de San Saturnino de Bergosa, templo del siglo XII con múltiples transformaciones posteriores, etc.
Un molino medieval de cubo

Reconstrucción virtual aproximada de la maquinaria
El sistema de molino de cubo es introducido en España por los árabes durante la Edad Media, extendiéndose rápidamente por todos los territorios. Es un método ideal para caudales de agua irregulares o escasos, basado en un cubo vertical de presión que recibe el agua almacenada en una balsa. Un sistema que busca la convivencia de las necesidades agrícolas de la población campesina con la actividad molinera, siempre con preferencia del riego frente al molino. La balsa del Molino de Fañanás se alimenta de la Acequia de Fañanás (o de Abrisén), que recoge agua del río Guatizalema en el Azud de Abrisén.
Los gastos de mantenimiento de los molinos suelen gestionarse mancomunadamente, repartiendo también los tiempos de uso mediante el complejo sistema de las veces o "vices", que son los tiempos de utilización al que tienen derecho los diviseros. En los molinos con un sólo molinero en exclusiva, éste se queda en contraprestación un celemín por cada fanega molida, la llamada maquila, del árabe "makhila".
Se muele principalmente trigo, cebada y avena. La harina conseguida se destina a la fabricación de pan en el caso del trigo y a piensos para los animales en los demás casos. Las épocas de más trabajo son otoño e invierno ya que está el grano de la última cosecha y además suele haber agua en el río. Se llegan a producir hasta cuatro o cinco fanegas por hora. El molino trabaja mientras hay agua en el cubo de presión, y después hay que esperar a que se llene de nuevo, por eso es tan importante disponer de una balsa que la acumule cuando no es necesaria para el riego.
Esquema del funcionamiento de un molino de cubo
●  Caz: El agua que hace funcionar el sistema puede provenir de una acequia que es utilizada cuando se necesita o de una balsa que se llena previamente y permite trabajar durante un tiempo aunque no haya agua disponible en las acequias en ese momento.
●  Cubo de Presión: Construcción cilíndrica de sillería que finaliza en una pronunciada rampa, la cual conduce el agua a través de un orificio conectado con el Saetín. La altura mínima que aconsejaban los viejos tratados era de cuatro metros. Aunque esta es la mecánica general, en algunos molinos puede encontrarse otra variante, los denominados molinos de rampa, en los que el agua se desliza directamente hasta el Rodezno a través de una rampa fuertemente inclinada cubierta con lajas de piedra.
●  Cárcavo: Cueva excavada en el subsuelo del molino. Sólo se accede a él cuando hay algún problema.
●  Saetín: A su salida el agua golpea los alabes (palas) del Rodezno.
●  Cerraja o Botana: Regula el caudal de agua que sale del Saetín. El control de dicho caudal y de la correspondiente velocidad de giro que provoca en el Rodezno es muy importante, ya que para una buena molienda la Piedra Volandera debe llevar una velocidad no muy alta para no quemar la harina.
●  Rodezno o Rodete: Rueda de madera, en algunos casos de hasta dos metros de diámetro, formada por alabes (aletas) montadas ligeramente sesgadas, que al oponer resistencia al agua transmite la energía rotatoria a una viga solidaria también de madera llamada Árbol.
●  Árbol: Gran viga vertical de madera que se introduce desde abajo en la Sala Molinera y engarza por su parte superior con la Piedra Volandera a la que transmite el giro que recibe del Rodezno.
●  Punto o Gorrón: Pieza de bronce encajada en la base del Árbol que se apoya en el Dado para disminuir el rozamiento durante el giro del conjunto y permitir el funcionamiento del Elevador.
●  Dado: Pieza de bronce encajada en el Puente y en la cual se apoya el Punto.
●  Puente o Sopuente: Viga de madera alojada en un rebaje de la base del Cárcabo llamado Cama, para de esta forma impedir su desplazamiento lateral y que permite mediante el Elevador mover verticalmente todo el conjunto.
●  Elevador o Levador: Accionado desde la Sala Molinera permite mover verticalmente todo el conjunto de la maquinaria y con él la Piedra Volandera, consiguiendo moler más fino o más grueso al aumentar o disminuir la separación entre la Piedra Solera y la Piedra Volandera.
●  Socaz: Bóveda recta de cañón por donde sale el agua del Cárcavo para ser devuelta a alguna acequia.
●  Piedra Solera: Las piedras son el corazón del molino ya que el roce entre ellas es lo que permite convertir el grano en harina. Esta piedra está inmovilizada con tornillos o con yeso.
●  Buje: Tacos de madera que sujetan el Árbol al orificio central de la Piedra Solera. Los pequeños huecos que quedan se rellenan con estopa mezclada son sebo de oveja para que el grano no se cuele a través de ellos.
●  Piedra Volandera o Corredera: Recibe el movimiento giratorio del Árbol y mediante el rozamiento contra la Piedra Solera va convirtiendo el grano en harina.
●  Navija: Pieza de hierro situada en el extremo superior del Árbol que encaja en una muesca de la Piedra Volandera y trasmite el movimiento giratorio a ésta.
●  Guardapolvo: Armadura de madera que cubre las piedras de moler para evitar que se levante el polvo de la harina, aunque no guardaba tanto ya que los molinos y los molineros estaban siempre vestidos de blanco.
●  Ojal: Hueco a través del cual el grano cae entre las dos piedras de moler para ser triturado.
●  Burro: Bastidor de madera en el que se apoya la Tramoya.
●  Tramoya o Tolva: Recipiente en el que se deposita el grano que se va a moler. Mantener la tolva llena es el principal trabajo del molinero, por algo dice el refrán "espaldas de molinero y puercos de panadera, no se hallan dondequiera".
●  Canaleta o Panereta: Se ata a la Tolva por medio de un cordel llamado Templador, que al tensarse más o menos deja caer mayor o menor cantidad de grano. Mediante otro cordel, se une a la Canaleta un pequeño palo llamado Taravilla que se desliza sobre la Piedra Volandera facilitando la caída de la harina con el movimiento de vaivén que produce en la Canaleta. Al mismo tiempo produce un ruido característico que avisa al molinero de los cambios de velocidad y del momento en el que no queda grano en la Tramoya. En algunos molinos se sitúa un cordel con una campanilla en el fondo de la Tolva de forma que cuando se acaba el grano queda libre y vibra.
●  Harnero: Cajón de madera en el que cae la harina molida.
●  Cernedor: Máquina que sirve para separar el salvado de la harina. Puede ser manual o de agua, en cuyo caso se conecta la máquina al mecanismo de giro del molino mediante poleas u otros elementos. Algunos llegan a tener cinco salidas: salvado, harina de 1ª, harina de 2ª, harina de 3ª y repasillo (salvadillo o remoyuelo).
●  Cabria: Las estrías de las piedras de moler se desgastan por el uso y se tienen que cincelar periódicamente. Para mover y voltear dichas piedras se utiliza un dispositivo llamado Cabria. Sobre la estructura en la que descansan las piedras de moler se levanta una percha en ángulo, reforzada con un cartabón, al final de la cual cuelgan unas pinzas de hierro que se cogen a los orificios esculpidos en los laterales de las piedras de moler. Con el peso, las pinzas se cierran sobre las piedras de moler y de este modo son izadas y volteadas para proceder a su reparación.
El oficio de molinero
Su trabajo consiste en rellenar periódicamente la tolva (tramoya) con el grano a moler, obtener la finura de harina deseada mediante el uso del elevador y la cerraja, separar la harina del salvado con el cernedor, llenar los sacos con la harina producida, y mantener la maquinaria del cárcavo en buenas condiciones.
Pero también debe realizar una tarea mucho más dura y tan importante o más que las otras, el mantenimiento de las piedras de moler, de un diámetro total de 1,30 a 1,40 m, un ojo central de 15 a 30 cm, un grosor de 20 a 30 cm y un peso aproximado de 800 kg. Las dos piedras de moler (solera y volandera) descansan directamente en el suelo o sobre una burra de obra, por lo que el cárcavo situado debajo cuenta en esa zona con un refuerzo extra de su estructura.
Las estrías de las piedras de moler, que guían el movimiento de la harina hacia los extremos durante el giro, se desgastan por el uso y deben cincelarse periódicamente a golpe de piqueta o con martillo y cuchillas. Se trata de marcar más las rayas y rayones de ambas piedras pero en sentido inverso en cada una de ellas, tarea que requiere de mucho esfuerzo y dedicación.
No todas las piedras necesitan picarse con la misma frecuencia, pues mientras que las fabricadas en Treviño, para moler trigo, se pican cada ocho días, las "muelas francesas" de Jouarre aguantan hasta dos meses. Durante el cincelado saltan esquirlas de piedra o de acero a la frente, cara y manos, y algunas de ellas acaban tarde o temprano en el cuerpo del molinero como recuerdo.
Para acceder a las caras internas de las piedras de moler hay que dar la vuelta a la piedra volandera, utilizando para ello las cuñas o un mecanismo más cómodo y menos esforzado, la cabria, una percha angular reforzada con un cartabón a cuyo extremo cuelga una pinza de hierro que encaja en los orificios laterales de las piedras de moler. La pinza se cierra con fuerza por el propio peso de las piedras, lo que permite moverlas y girarlas fácilmente. Cuando se pican las piedras se repasa también el buje, apretando los tacos de madera que sujetan el árbol o sustituyéndolos si están gastados y rellenando los huecos con estopa untada en sebo de oveja para que no se pierda grano.
Principales acontecimientos históricos
1460: Firma de un acuerdo sobre el uso de la Acequia de Abrisén
El obispado de Huesca impone el 14 de Agosto un acuerdo entre Argavieso, Alcalá del Obispo, Arvisén (Abrisén) y Fañanás, sobre la utilización de las aguas de la acequia de Abrisén, antes de cuya firma se habían teñido de sangre muchas veces.
Micer Juan de Gurrea, señor de Argavieso, ayudado por los catorce siervos moros de la aljama, había construido la acequia de Abrisén, que regaba sus tierras con el agua procedente del azud de Abrisén, llegando a creerse desde entonces dueño y señor del agua que discurría por ella, hasta el punto de imponer a los otros lugares el impuesto de la "alfarda", un tributo por el uso de las aguas de regadío. En las Cortes de Fraga de este año, convocadas por el rey Juan II el Grande, se elige al obispo oscense Guillelmo Ponz de Fenollet como a uno de los setenta y dos hombres con poderes ilimitados para resolver los asuntos más espinosos del Reino de Aragón, entre ellos el de conseguir calmar los ánimos de estos pueblos enfrentados continua y sangrientamente por las tranquilas aguas del Guatizalema.
Un problema irresoluble sin unos claros compromisos aceptados y firmados por las partes, por lo que finalmente y haciendo uso de sus poderes, el vicario general opta por traspasar el dominio de la acequia al obispado oscense, debiendo renunciar todos los pueblos a cualquier derecho. El obispado impone entonces la obediencia a los acuerdos a que se llegue, y si alguna de las partes los incumple pagará una multa de mil florines de oro dividida en tres partes, una para el rey, otra para los árbitros y otra a repartir entre las partes que sí los hayan respetado.
1847: Pascual Madoz cita el molino
En su obra "Diccionario geográfico-estadístico-histórico", en la descripción de Fañanás dice que ". . . le baña el r. Guatizalema que marcha en dirección de N. á S., de curso perenne, y que lleva por lo regular como 2 muelas de agua, escepto en el verano que queda reducido á la mitad . . ." ". . . Sus aguas dan impulso á las ruedas de un molino harinero . . .".
1898: El X Duque de Solferino propietario del molino harinero
En esta época el molino es propiedad del X Duque de Solferino, tal y como consta en el "[ Documento de Constitución ] de la Comunidad de Regantes de las aguas del río Guatizalema de los pueblos de Fañanás, Alcalá del Obispo, Argavieso y Excmo. Sr. Duque de Solferino", aprobado en sesiones celebradas los días 6 de Noviembre de 1898, y 8 y 30 de Abril de 1900.
". . . y para el aprovechamiento de su fuerza motriz un molino harinero perteneciente al Excmo. Sr. Duque de Solferino, situado entre los pueblos de Alcalá y Fañanás, el cual podrá utilizar dicha fuerza sin otra limitación en cuanto al tiempo que las necesarias para el riego de las fincas pertenecientes al pueblo de Fañanás, situadas aguas arriba del punto en que se halla emplazado el molino de referencia . . ." ". . . Cuando para la fabricación de harinas en el molino del Duque de Solferino fuese precisa la retención del agua por balsadas, tendrá la obligación el molinero de soltar las que se hallen detenidas media hora antes de la salida del sol, de los días martes y sábado, con objeto de no perjudicar a los pueblos de Alcalá y Argavieso . . ."
1955: El molino cesa su actividad y queda deshabitado
El molino cambia en varias ocasiones de propietario, siendo cedido en alquiler a diversas familias (. . ., Morlans, Aliaga). Este año se mudan los que serán sus últimos inquilinos, la familia Aliaga, quedando desde entonces inactivo y deshabitado.
2006: Expolio del molino
Hay testigos de que a finales de Mayo un hombre joven con acento extranjero, provisto de un detector de metales, pretende remover una losa del suelo de la sala molinera. Educadamente se le convence de que desista, no sin antes pretender informarse de dónde estaba el despoblado de Abrisén, de lo cual no obtiene respuesta. Meses después se descubre que han sido removidas varias losas del suelo próximas a la entrada.
2012: Desprendimiento del arco de entrada
La primera semana del mes de Mayo llega con la triste noticia del desprendimiento de la estructura del arco de entrada, lo cual aumenta considerablemente la amenaza de que la construcción acabe por derrumbarse.
Foto de encabezado: El molino y las Sierras de Gratal y Guara nevadas (2011) © Blanca Oliva Turbidí