Orígenes del linaje Fañanás
Este noble linaje aragonés tuvo su primitiva casa solar en un lugar ya despoblado llamado también Fañanás, que perteneció al Abadiado de San Juan de la Peña y cuyo término se encuentra actualmente integrado en el de Salinas de Jaca, localidad perteneciente al municipio de Las Peñas de Riglos. El topónimo Fañanás, de raíz íbera, es sin duda una clara referencia a la orografía del desaparecido lugar, pues su significado etimológico es "sobre el río", el río Asabón en este caso.
Como era habitual en la época, el linaje tomó el nombre del lugar adoptándolo como apellido. Ramas posteriores de este tronco pasan a residir en la villa de Biescas, donde ya aparecen documentados en el siglo XI y fundan una nueva casa que tendrá un importante papel en la historia de Aragón en general y en la reconquista de Huesca y Zaragoza en particular. Más tarde aparecen otras ramas del linaje en el siglo XVI en Santa Eulalia la Mayor, Puibolea y Arascués, y en el siglo XVIII en Lupiñén.
El nombre de la villa conocida actualmente como Fañanás, perteneciente al municipio de Alcalá del Obispo, sugiere una más que probable relación entre los nuevos pobladores que llegaron a ella durante la fase inicial de la reconquista y los originarios del desaparecido Fañanás próximo a Salinas de Jaca. Entre estos primeros repobladores o entre las propias tropas del ejército de Sancho Ramírez, es posible que hubiera gentes del linaje Fañanás, o de su lugar de origen, que decidieran bautizar el nuevo territorio reconquistado con el mismo nombre.
Un documento medieval del siglo XI que aparece copiado fielmente en otro documento de 1644, cita la colaboración de varios caballeros del linaje Fañanás, y de otros diecinueve linajes llegados desde Biescas, en la famosa Batalla de Alcoraz, la batalla decisiva que permitirá liberar a la ciudad de Huesca del control musulmán:
". . . D. Pedro I, octavo de Aragón, continuó el asedio de Huesca como lo había hecho su padre el rey D. Sancho, muerto en dicho asedio de una saeta. Apretólos de suerte que los moros se hallaron obligados a valerse de los socorros propios y agenos, juntando para ello Almozaben, rey de Zaragoza, un numeroso ejército de moros auxiliares, lo cual sabido por D. Pedro, juntó a los cristianos que pudo, a cuya voz acudieron muchos montañeses y saliendo a recibir al contrario se trabó la batalla de Alcoraz, apareciéndose en ella San Jorge y murieron 40.000 moros y 1.000 cristianos, y fue el 18 de noviembre de 1.096. Entre los montañeses que fueron a militar en esta feliz campaña, fueron a propia costa cincuenta soldados hijos de la villa de Biescas, como consta por un privilegio otorgado por la dicha Magestad a todos los soldados que con santo celo se señalaron en esta batalla en que los apellidó infanzones, concedido el 28 de diciembre de 1096, día inmediato siguiente al que entró en la ciudad de Huesca triunfante; quedó y está archivado este Privilegio en el archivo de dicha ciudad. Murió el rey D. Pedro sin dejar sucesión y fue sepultado en San Juan de la Peña el 28 de septiembre de 1104 y le sucedió el Batallador. Conoció la mucha liberalidad de la villa de Biescas, premiando a sus soldados, pues habiendo asistido veintidós años antes a la batalla de Alcoraz con cincuenta soldados y asistidos en sus haciendas prosiguieron en la conquista de Zaragoza los descendientes de aquellos, asistiendo con el valor heredado de sus antecesores, los cuales con prestación de sus servicios fueron reconocidos por el rey Alfonso por caballeros infanzones e hijodalgos por privilegio de 1128 a favor de las prosapias de dichos caballeros que fueron: Aznareces, Caxales, Pereces de Gavín, Diestes, Olibanes, Fañanares, Montañeres, Larredes, Ximénez de Gabín, Asos, Bertranes, Azines, Gabines, Piedrafitas, Beteses de Belarre, Enecos, Balerios, Lalagunas, Blascos y Danorias.
A instancia de estas veinte familias esclarecidas, el año 1390 la M. del rey Juan I de Aragón dio privilegio de vínculo a la villa de Biescas a favor del primogénito de sus descendientes, sin que jamás en fuerza del dicho privilegio pudiese ser dado a otro señor alguno, afianzando para esta seguridad la muy noble ciudad de Zaragoza, por cuyo amparo ha de permanecer para siempre en único vasallaje del rey, para perpetua memoria del ilustre de dichas familias, que ya tenían de muy antiguo dispuesta una cofradía llamada la Blanca en que se juntaban ejercicios militares entre todos los contenidos en las sobredichas prosapias un día en cada año la reedificaban bajo el Patrocinio del glorioso mártir San Jorge, después de su milagrosa aparición en los campos de Alcoraz y ordenaron que en su glorioso día se celebrase la justa de dichos hidalgos cofrades, haciendo el glorioso Santo la salva en acción de gracias de tan singular beneficio como las armas cristianas habían por su amparo conseguido contra los moros en la batalla de Alcoraz. Prosiguieron su buena intención todos los años; y viendo otras nobles familias tan santo y bien visto empleo, quisieron incorporarse en su ilustre cofradía para dar al lustre de su sangre el noble quilate de ser veneradores del Santo, por cuya instancia, los contenidos en las sobredichas antiquísimas y nobles familias pidieron en la corte de justicia de Aragón una decisoria a favor de dichas veinte prosapias para conservar su nobleza en tan auténtica Es., y privilegio para admitir a sus congregaciones a otras prosapias, que con título de infanzonía, podían con justificación entrar a la posesión de tan noble calidad.
Consiguieron su decisoria reinando el rey D. Juan II, llamado el Grande el año mil cuatrocientos sesenta y uno, siendo justicia de Aragón el Ilmo. Sr. D. Fernando de Lanuza, nombrando en la dicha decisoria todos los que de presente se hallaron descendientes por línea recta de las veinte familias sobredichas, que por la misericordia de Dios, de todas había descendientes en la villa de Biescas, y el lugar de Yosa su aldea; y fueron los siguientes: Ximeno Anárez, Beltrán Aznárez, Martín Caxal, García Pérez de Gabín, Ximeno Diest, Pedro Oliván, Domingo Oliván, Ximeno Fañanás, Sancho Fañanás, Aznar Montaner, Bernardo de Lárrede, García Ximénez de Gabín, Antonio Olibán, Jordán de Aso, García Betrán, Antonio de Azcín, Pedro Betés de Belarre, Damián de Eneco, Domingo Piedrafita, Domingo Balerio, García García de Eneco: todos de la villa de Biescas. En el lugar de Yosa se hallaron Pedro Lalaguna, Aznar de Aso, Guillén de Blasco y García Danoria; los cuales sobredichos contenidos en la firma decisoria reservaron a tener a solas su capítulo para disponer de capitular leyes en honra y conservación de su ilustre cofradía y obtuvieron privilegio de poder admitir otras familias con desengaño cabal de que descendían de Infanzones, como se observaron y se observarán mientras su Divina Magestad conserve descendientes de pocas o muchas prosapias ya dichas. Sea en alabanza de Dios N. Señor y del bienabenturado el glorioso Mártir San Jorge. Fue trasladado todo esto fiel y verdaderamente de los libros antiguos de dicha cofradía, sin mudar más que el lenguaje antiguo en nuestro moderno bulgar el 24 de abril de 1644 . . ."
Los descendientes de aquellas veinte familias continuaron guerreando a las órdenes del rey aragonés hasta la reconquista de Zaragoza. El asedio a Zaragoza comienza el 24 de Mayo de 1118, el 11 de Junio se toma al asalto el Castillo-Palacio de la Aljafería, el 11 de Diciembre se acuerdan las capitulaciones para la rendición y el 18 de Diciembre hace su entrada triunfal en Zaragoza el rey aragonés Alfonso I el Batallador, dando fin al dominio islámico en Aragón. Desde su llegada en 714 hasta su expulsión en 1610 por orden de los Reyes Católicos, los musulmanes aportaron una enorme cantidad de conocimientos artísticos, científicos y técnicos que todavía perduran en nuestros días, muy especialmente en lo concerniente a los sistemas de regadío, que fueron potenciados enormemente gracias a sus avanzados conocimientos hidráulicos, al tiempo que ampliaban y mejoraban antiguas infraestructuras hidráulicas romanas ya existentes.
En Monflorite habitó un párroco llamado Santiago Fañanás. En Fañanás, el apellido desaparece tras el fallecimiento de Teresa Fañanás Calvo el 07/06/70 a los 89 años, casada con Serapio Cantán Ciprés (fallecido el 10/01/59 a los 81 años).
Armas del linaje Fañanás
Escudo partido; 1º, en campo de gules, un oso de sable empinado, siniestrado y atravesado por una lanza; 2º, en campo de plata, varias casas surmontadas de montañas, y estas a su vez de castillos, todo al natural; bordura de azur. Los de Biescas de Tena traen, en campo de plata, un haya de sinople. Otros de Aragón traen, en campo de oro, tres tiendas de campaña, de azur, puestas en faja.

Diseño libre de las armas de los Fañanás - El fondo, utilizado tan sólo como elemento decorativo, es un fragmento del Codex Manesse
Figuras y esmaltes del escudo
●  Bordura: Representa la cota de armas del caballero y es un símbolo de protección, favor y recompensa. La bordura es una concesión particular del rey para aquellos esforzados guerreros que salen del combate con la cota de armas manchada por la sangre del enemigo. También se utiliza para diferenciar los escudos de diferentes ramas de un mismo linaje.
●  Azur: Es el color azul intenso que simboliza los planeta Venus y Júpiter, el aire, y las cualidades de justicia, obediencia, lealtad, piedad y prudencia, con la obligación al servicio y protección de la agricultura ante su soberano, patria o príncipe.
●  Gules: Es el color rojo vivo que simboliza el planeta Marte, el fuego, y las cualidades de fortaleza, valor, honor, osadía y victoria, con la obligación al servicio y protección de las armas ante su soberano, patria o príncipe.
●  Oso: Fuerza para combatir.
●  Sable: Es el color negro que simboliza el pudor, y como tal, se concede el privilegio de llevarlo en el escudo como un símbolo de la modestia, discreción y prudencia que caracteriza a la familia que lo porta, con la obligación al servicio y protección de la religión ante su soberano, patria o príncipe.
●  Lanza: Valor militar, fortaleza y prudencia.
●  Plata: Es el color que simboliza la Luna y las cualidades de pureza, fe y obediencia. Las familias a las que se les concede el privilegio de llevar este metal en sus escudos se distinguen por su integridad, obediencia y gratitud, con la obligación de amparar a los huérfanos y defender a las doncellas. También se utiliza para reconocer a aquellas familias que sirven al rey en la náutica.
●  Castillo: Representa la elevación y el dominio del linaje así como la salvaguarda y el asilo para sus huestes.
●  Peña o Montaña: Estabilidad y firmeza.
●  Villa o Casas: Representa la elevación y el dominio del linaje así como la salvaguarda y el asilo para sus huestes.
Foto de encabezado: Fragmento de pintura que muestra a Sancho Ramírez tomando juramento a sus hijos durante el asedio de Huesca